Después de un 2018 con más de 60 conciertos, gira en más de 14 países y una nominación al Grammy americano por su álbum «El Paradise», Los Amigos Invisibles presentan su nuevo tema: TÓCAMELA.
“Estamos bien contentos con el resultado final de esta canción. Un tema súper funky que creemos gustará a mucha gente.” – Julio Briceño, vocalista de Los Amigos Invisibles.
Esta nueva entrega ha sido producida en los estudios Romaphonic de Buenos Aires por el legendario Cachorro López (Julieta Venegas, Natalia Lafourcade, Enrique Iglesias, Caifanes, Aterciopelados….) con quien la banda ha trabajado en hits como “Mentiras” y “La Que Me Gusta”, grabada por Sebastian Schon (Soda Stereo, Miguel Mateos, Andrés Calamaro, Reik, Julieta Venegas…), César Sogbe y mezclada por Erik Aldrey.
Compuesta por Los Amigos Invisibles, Servando Primera, David y Jonathan Julca, Silverio Lozada y con arreglos de Cristian Moraga “C-Funk” de Los Tetas, la banda venezolana nos entrega “TÓCAMELA”, un tema descarado, lleno de fiesta, humor y gozadera.
El director responsable de llevar a la pantalla la sensualidad de “TÓCAMELA” fue el reconocido Mike Ohrangutang, quien junto a Eduardo Whaite estuvo también a cargo de la dirección de fotografía. Grabado en la Ciudad de Miami, el video clip de “TÓCAMELA” fue producido por Valentina y Cristina Pilo, siendo esta última quien realizara el make up and styling.
Cena Recalentada es un homenaje completo a una banda que a través de su corta carrera supo marcar la historia del rock español, el álbum mantiene la esencia del clásico conviviendo que el maravilloso mundo Ferreiro. Son 19 tracks con Pablo Novoa como productor, el talentoso multinstrumentista ademas de ser parte de la banda de Iván durante los últimos años, fue guitarrista de Golpes Bajos, también se suma el bajista Luis García y Teo Cardalda. Ademas aparece la colaboración de Martí Perarnau.
El álbum se caracteriza por el uso de síntesis, cajas de ritmos y el trabajo vocal de Iván, que ha intentado calcar el estilo de Germán Coppini, líder de Golpes Bajos.
En los últimos años se han dado a conocer diferentes nombres de mujeres de América Latina, un grupo de cantautoras que hace una década apenas empezaban a aparecer en el mapa. Con excepción de Julieta Venegas y Ely Guerra de México, principalmente, los nombres femeninos no trascendían más allá de sus propios países.
Luego rompieron fronteras Natalia Lafourcade, Ximena Sariñana, Francisca Valenzuela, Javiera Mena y Ana Tijoux, artistas de México y Chile, que cada vez se ganan un espacio más grande en Iberoamérica.
En un grado menor, en la escena alternativa latinoamericana, algunas argentinas como Fabiana Cantilo o Juana Molina son reconocidas en varios países, mientras que otras empiezan a abrirse espacio como Lara Pedrosa de Argentina o la ecuatoriana Paola Navarrete.
En Colombia, que parece ser el país al que llegan de todas la latitudes, constantemente llegan visitas de los nuevos sonidos femeninos, bien sea a festivales como el Hermoso Ruido, Rock al Parque o el Festival Estéreo Picnic, que este año vuelve a traer a reconocidos nombres del continente. Para esta nueva edición del Festival, el décimo, entre los invitados latinos están Ximena Sariñana de México, Usted Señálemelo de Argentina y su compatriota Silvina Moreno.
Latin-Roll - Entrevistas
Mujeres latinoamericanas: una conversación con Silvina Moreno
El Tercer disco de Xoel López a su nombre. Y 14º de su trayectoria. Todo ha cambiado mucho. En su vida y en su música, que aquí siempre van de la mano. No es para nada ya aquel muchacho fascinado por ídolos sesenteros, que emergió en los noventa con la Elephant Band. Tampoco, el veinteañero que se reafirmaba con la careta de Deluxe, cantándole un “Que no” a la inercia que lo iba a arrinconar en los dosmiles. Y, aunque se trate de un punto de inflexión definitivo, queda poco de la aventura bohemia que lo llevó a recorrer América en busca de alimento espiritual para su carrera. Todo resulta diferente ahora. El Xoel de 2019 luce 41 años en el DNI. Disfruta una reposada vida familiar. Ha perdido todos los complejos musicales que pudiera tener. Y, desde un eclecticismo total, se inquieta por cosas muy distintas a las de entonces. Dos de ellas, cargadas de simbolismo, titulan el nuevo trabajo.
Sueños y pan. Palabras que pretenden abarcar mucho con muy poco. Para Xoel los sueños engloban lo que uno trata de ser. Ideales, aventuras, arte y misterio. Umm… empezamos a volar. El pan, por su parte, representa lo terrenal. Los alimentos, el hogar, lo cotidiano y el trabajo. Necesidades que obligan a aterrizar. Iniciado el descenso. La madurez muchas veces consiste en alcanzar lo segundo, dejando a un lado todo lo primero sin darnos cuenta del todo. Pero en “Sueños y pan” Xoel canta a todo lo contrario. Reivindica el pan para poder soñar y construir ese otro espacio. Él y todos los demás. Siempre teniendo claro dónde empieza todo. “Y aunque temo perderme en mundos raros / siempre dejo piedras para poder regresar tu lado”, dice con cierta fragilidad en “Insomnio”. Tintineo de guitarras. Un fraseo que sube a Silvio Rodríguez en una barca de soft-pop de los setenta. Y una parte final de saxo y ruido blanco. Queda una cosa clara: el momento cumbre no está ahora fuera de casa, se encuentra en el hogar.
Desde ahí se ve casi todo en este momento. Y se construye un disco que habla de pájaros y cometas como símbolos de libertad; de compromiso y pareja como guía de la estabilidad; de pequeñas derrotas que se convierten en grandes victorias privadas; y de una música que siempre está ahí, concretando en sonido y poesía ese pulso abstracto que los sueños y el pan disputan en la mente. Un viaje realizado siempre desde lo lúdico, con la ayuda del productor Ángel Luján, con el que ya hizo tándem en “Paramales” (2015). Los dos logran, en lo que se podría denominar como experimentación amable, las dosis exactas de extrañeza y familiaridad. Desde el primer tema, ese apabullante “Jaguar”, en el que el artista se contagia musicalmente de la juguetona anarquía de un niño, la sorpresa y la emoción van de la mano.
Unas veces rescatando toques sintéticos y ochenteros, como en esa “Cometa” en la que parece arrancar a lo Vampire Weekend hasta que se transmuta en una suerte de un one-hit-wonder de saxo. Otras, tomando un ritmo cuadrangular de Can y fundiendo una bonita melodía con la voz de Mirem Iza (Tulsa). También extendiendo los particulares hallazgos afro-pop de “A serea e o mariñeiro” a una “Serpes” que invoca a su infancia y deriva en rarísimo pero excitante solo de guitarra interruptus. O dándole color al vaivén somnoliento de “Primavera”. En ese retazo de psicodelia 100% beatle se encuentra quizá el mayor acercamiento formal a John Lennon de su carrera. Deja un poso de tristeza. En ella se pregunta: «Ay, ay, ay, ¿dónde irán las aves que no vuelvan? / Ay, ay, ay, ¿dónde irán los barcos que no vuelven más?». El sueño perdido. Una mirada a los que no pueden alcanzarlo.
Mención especial merece la deslumbrante “Lodo”, casi llegando al final. Pieza fantástica de armazón acústico y sencillez de la buena, acoge versos como: «Si estás atrapado en la sombra aguarda, aguarda / del lodo crecen las flores más altas». Su espíritu se alinea directamente con canciones pasadas, como “Reconstrucción” o “Tierra”. Letras que acogen cierta sabiduría vital y dan sensación de alivio al escucharlas sobre una melodía. En los estados de confusión, a veces, se encuentra la semilla de lo bueno. Igualmente, hay que detenerse en la insólita “Balas”. Hermana espiritual de “El asaltante de estaciones”, se levanta igual de extraña. Dos pianos enfrentados se entregan, precisamente, al poder de la canción en este mundo que sin música sería mucho más difícil de soportar.
Este nuevo álbum de Xoel López responde a una idea de madurez plena. Pero de la de verdad, no aquel simulacro posadolescente que un día decidimos llamar así. A excepción de “Madrid” -que lo parte a la mitad con energía a lo The Who y, en cierto modo, remite a Deluxe-, muestra al músico abrazado a su familia en la calidez del hogar y mirando con extrañeza al mundo de fuera. Los temas fluyen reposados, divertidos y un poco reflexivos, entre risas de niño y suspiros de adultos que no renuncian a volar… para luego aterrizar. Son los sueños y el pan de un artista que se abrazó a la magia con “Atlántico” (2012) y, desde entonces, no la soltó ya más.
Saúl Hernández, Sabo Romo, Alfonso André, y Diego Herrera vuelven a grabar tras 25 largos años publicar musica, Caifanes regresa con un nuevo sencillo llamado Heridos.
Durante los próximos días Caifanes estará presentándose en el Festival Vive Latino y en diferentes ciudades del interior de México, ademas en Junio tienen programadas dos fechas en Ecuador y una en Bogotá, Colombia.
Tras una carrera de éxito junto a M Clan, Carlos Tarque ha aprovechado el descanso tomado por la banda y ha decidido grabar su primer disco en solitario, titulado simplemente “Tarque”. Se trata de un trabajo de rock duro que se explica a sí mismo. No se trata de un género ajeno al cantante, quien ya ha compuesto y cantado canciones como “Algo más fuerte”, “Mujer norteña” o “Noche de aullidos” para M Clan. Sin embargo, en Tarque ha potenciado su querencia por esos sonidos, por artistas potentes de los sesenta y setenta como Led Zeppelin, Jimi Hendrix, Free y Bad Company, por la faceta más dura de los Stones, Faces y The Who, por álbumes míticos como Lovehunter de Whitesnake y Highway to Hell de AC/DC. Tarque se revalida como uno de los cantantes más poderosos de España, poseedor de una voz personal y única, en este disco ha contado con el aclamado guitarrista y productor Carlos Raya (M Clan, Fito & Fitipaldis, Quique González) para crear las diez piezas que lo componen. Rock duro, puro rock duro capitaneado por los dos Carlos con el apoyo del batería Coki Giménez (M Clan, Amaral) y el bajista Iván “Chapo” González (M Clan, Deluxe, Amaral). Las diez canciones de Tarque son básicas pero no simples, muerden la yugular pero guardan ases bajo la manga, hablamos de un disco primitivo pero inteligente, que captura el sonido de cuatro personas tocando, sudando y haciendo carne el espíritu del rock.
“Bailo” es perfecta para abrir, aullando desde el primer segundo, sin aditivos y aún así sorprendentemente tarareable, con un estribillo adictivo y guitarras de vértigo. A ella le sigue “Ahora y en la hora”, de influencia stoner, casi en plan Kyuss y con ecos de los Black Keys más duros. Es el primer sencillo del disco y entra con todo el peso posible para revelar en su estribillo un acelerón de los que queman carreteras, y las pulsaciones siguen subiendo con “Heartbreaker”, electricidad pura y vacilona que haría bailar a Mick Jagger y Rod Stewart, un canto al amor nocturno, festivo, vivo y divertido. “Donde nace el r’n’r” sigue oliendo a años setenta con solidez, encanto y convicción, con un Carlos Tarque que riega con frescura las raíces orgullosamente clásicas de este álbum y una banda que no falla. Con contundencia pero tomándose su tiempo comienza “El diablo me acompañará”, hundiendo sus pisadas hasta animarse progresivamente, con un desarrollo a lo Led Zeppelin y un riff central que es puro Jimmy Page y e influencia de Paul Rodgers y Free. “Lobo solitario” cambia la tonalidad, se trata de la única balada del disco, sesentera y calmada, remitiendo al Hendrix más sensible, pero después de ella hay que volverse a abrochar el cinturón de seguridad, porque el motor vuelve a arrancar. Y de qué manera. La entrada de “Juicio final” no deja lugar a dudas, recordando incluso a los Artic Monkeys más rockeros y desembocando en un estribillo que anima al canto colectivo, con la banda sudando y emitiendo calor, buscando y encontrando la complicidad del oyente. Por su parte, “Janis, Amy, Billie” es un homenaje a las tres legendarias vocalistas de su título cuyos apellidos no hace falta decir. Se trata de una canción de aire californiano y dulce pero aun así vigorosa, no da tregua. “Electroshock” es otro golpe contundente con el espíritu de Angus y Malcolm Young sobrevolándola, pareciera que Tarque, Raya, Coki y Chapo hubieran decidido quemarse vivos antes de concluir el disco, apretando y apretando hasta la extenuación. Pero aún queda más y llega “Cactus en el corazón”, con una letra profunda sobre el desarraigo, ideal para cerrar, apelando a la reflexión y trayendo de vuelta al Carlos Tarque más emotivo.
En esta producción, Monsieur Periné invita a seguir una ruta musical en la cual explora las raíces culturales de los diversos sonidos de Latinoamérica, con su sello característico e inconfundible. Este tercer álbum de estudio es un viaje sonoro mágico, psicodélico y sanador, que evoca una experiencia en la cual se siente un recorrido térmico a través de las canciones que componen ‘Encanto Tropical’.
Según la nota de prensa: «Para los integrantes de Monsieur Periné, tener Encanto Tropical es tener ímpetu y sabor para levantarse ante cualquier adversidad; es sonreírle a la vida y al que camina al lado. Es sentirse orgulloso de las raíces y de la historia, para contarle al mundo lo que se es. “Se lleva en el corazón que repica alegre como nuestra tambora, que canta como la gaita cuando sonreímos. Se sale por los poros como el aroma del cacao y el café”, dice Santiago.
Este nuevo álbum llega con más profundidad en la intención creativa, más voces en juego, nuevas texturas, atmósferas y mucho ritmo. “Cada canción, además de ser un mundo en sí mismo, es un capítulo de una serie, de una película, si se quiere. Es parte del conjunto general, como si fuese la pieza de un retablo”, explica Santiago Prieto, miembro y fundador de la banda.
Encanto Tropical ha sido producido por Eduardo Cabra (Visitante – Calle 13), quien también acompañó a Monsieur Periné en su anterior álbum ‘Caja de música’ (2015), un álbum que abrió caminos y ensanchó las fronteras de la receta musical de la banda.
En esta nueva producción, una de las colaboraciones más destacadas es la del argentino Vicentico, líder de la legendaria agrupación ‘Los Fabulosos Cadillacs’ y con un amplio y premiado recorrido como solista. El cantante, músico y compositor colabora con los colombianos en el tema ‘La tregua’, el corte ocho de la producción.
Además de Eduardo Cabra y Vicentico, en el álbum también participan Leonel García, Julieta Venegas, Juancho Valencia y Mauricio Rengifo.
El álbum fue grabado entre septiembre de 2017 y marzo de 2018 en diferentes estudios entre Bogotá (Colombia), Buenos Aires (Argentina) y San Juan (Puerto rico) y con la participación de más de 40 músicos. Para este nuevo disco, la agrupación buscó romper el molde que impusieron los anteriores, sin olvidarlos por completo, pero transformándolos.
Hablamos en México con esta agrupación venezolana, que ahora reside en México y tiene una carrera prematura y llena de éxitos. En pocos años y muy jóvenes lograron ganar reconocimiento por parte de la industria musical latinoamericana y de la diáspora venezolana en el continente.
Esta página utiliza cookies para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso. AceptarVer +
Cookies & cream
Privacy Overview
This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these cookies, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are as essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may have an effect on your browsing experience.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.