Corría el 27 de mayo de aquel lejano 2006 ese fue el primer día en el que me encontré por primera vez personalmente con Ramón, ni siquiera él sabia ese seria su nuevo nombre creado por el mismo unos años mas adelante.
Ese día había tomado el autobús mas barato posible ya que el sueldo de un flayero de la rambla no daba para mas, además la radio pirata en la que tenia esperanzas de trabajar no había sido capaz de darme ni un solo duro para viáticos, salí a media noche y había llegado a Valladolid muy pronto en la mañana, tras tomar un café me fui en búsqueda del Estadio José Zorrilla, allí me encontré con Nico Velázquez, quien le hacia de ingeniero de monitores a Coti Sorokin, tras el soundcheck, entraban Eva Amaral y Juan Aguirre a probar, nosotros salimos de ahí directo al hotel a comer, era una especie de Fast Good Bar que durante aquellos días Ferran Adria había experimentado en algunos lugares de la península, tras una suculenta hamburguesa la comitiva argento madrileña subió a sus respectivos y yo me encontré con mi recién estrenado socio, Sebastián Rojas aparecía en un coche prestado, muerto de hambre y con ganas de rocanrolear, de hecho durante esa misma tarde tuvo lugar la grabación del primer episodio del Podcast de Latin-Roll.
En medio de su insaciable apetito y la necesidad de brindar por nuestro proyecto a punto de comenzar recordé que frente al estadio había visto un Carrefour que dentro tenia un sitio lleno de Big Macs, entramos al sitio de comida rápida y mientras saludaba a mi madre por teléfono, Sebastián no daba crédito a lo que veía, cuando termine la llamada mire hacia delante y lo primero que vi fue una rubia bastante bien puesta y a su lado unos brazos con varios tatuajes entre ellos un tentáculo, ese fue nuestro primer encuentro con el Salmon. Con la poca saliva que nos quedaba saludamos tímidamente a Don Andres y pendimos la comida de Sebastián, buscamos una mesa lo suficientemente alejada pero con margen de maniobra para nadar de vuelta contra la corriente, no hubo tiempo para fotos, ni para firmas, solo para la promesa de intentar hablar mas tarde en el festival, acto seguido entramos a Carrefur a fuimos en busca de nuestro amigo Jhonny para cerrar nuestro bautizo con agua maldita, pero como esta historia es la de Ramon y Ramita dejaremos la inauguración de Latin-Roll para otra oportunidad.
Ramón volvió a aparecer mas avanzada la noche, cuando lo vi muy elegante con su vestido blanco en el backstage me le acerque y saque un disco acústico suyo que llevaba en mi bolsillo y se lo di para que estampara su firma, la cual rápida pero elegantemente rubrico en la tapa, esa noche después de ver a los Dos Rodríguez, hablar con Julieta Venegas, grabar nuestro primer episodio, embriagarme con Jhonny Loco y ser expulsado del backstage, recordé que no tenia hotel y tuve que pasar la noche en el asiento trasero del coche que amablemente nos habían prestado.
Siempre había querido entrevistar a Ramón y algunos meses mas tarde pude sentarme con el en el lobby de un hotel de Barcelona para hablar sobre sus dúos, tríos, algunas perversiones y el show que iba a dar en el Palau de la Musica, al que invito a Daniel Zamora, Carlos Tarque y a Sergio Makaroff, de esa entrevista quedo muy buen material pero muy mal grabado, el micrófono había tenido problemas y al final tras un intenso trabajo de cirugía en protulandia logramos publicarla.
Pasaron los años y Ramón siguió tocando guitarra y haciendo grandes discos, tuve que esperar mucho tiempo para hacerle una entrevista en condiciones decentes y en un estudio de radio, fue otra vez en mayo pero esta vez de 2010, después que hubiese terminado su reencuentro tequilero en plenas sesiones de promoción de Solo Rot, un álbum que tuvo muy poca suerte pero que tiene muy buenas canciones, esa entrevista fue demoledora y reveladora.
Pero no mantuvimos mucho contacto hasta 3 años mas tarde cuando otra vez en mayo en medio de la promoción de La Huesuda vino guitarra en mano para saldar la deuda pendiente de tocar para nuestros oyentes, la entrevista fue aun mas potente, después de terminar y contarle experiencias trasatlánticas con los Zoé, Los Amigos Invisibles y mas con el reciente viaje acompañando a los Vetusta Morla, ocurrió lo inesperado. Me quede de piedra cuando me pidió ayuda y me dejo caer su dirección de correo Manosanta, a partir de ese día la suerte se puso de nuestro lado, unos días mas tarde el director del Festival Centro de Bogotá con quien estaba organizando la posible visita de otro grupo español me llamo para decirme que no había podido cerrar la negociación y ágilmente me acorde de la conversación con Ramón en la que me había dicho que con solo un par de guitarras y un teclado podría enfrentarse a su nunca antes visto publico Bogotano, así fue que le ofrecí a Julián la posibilidad de llevar por primera vez a Ramón a suelo Colombiano y rápidamente aceptó.
La primera vez que lo vi con su banda fue casi recién llegado a tierras catalanas, fue el 23 de abril de 2004 en una fiesta universitaria bastante vario pinta, diversa y mestiza. En aquel macro botellón llamado Telecogresca, Ramón tuvo que compartir escenario con Djs muy raros y un popero rastaman difuso cuyo nombre no quiero recordar y que poco a poco comenzaba a apoderarse del main stream local, evidentemente después del show de Ramón salí como alma que lleva el diablo no solo por que el ambiente era insoportable sino por que tenia que regresar a mi trabajo de capturar colocados para el after hours para el que curraba, en esa gira Ramón estrenaba “Lo Siento Frank” pero sonaron también grandes clásicos de sus álbumes anteriores, éxitos tequileros e incluso dejo caer algún clásico Rodríguez.
RAMITA
8 años mas tarde estaba ahí parado en el mismo sitio donde repartía los flyers después de recibir una llamada suya invitándome al show “Uno de los nuestros” donde compartía cartel junto a Miguel Conejo con su Leiband y Jose Maria “El Loco” Sanz. Durante esa noche conocí a Ramita, un antiguo jugador de Rugby reconvertido a Stage Manager, con quien posteriormente emprenderíamos nuestra aventura por el altiplano cundiboyacense. Ramita nos hizo pasar al backstage y nos permitió saludar a Ramón con quien compartimos unos vinos y brindamos por que nuestro objetivo de cruzar el atlántico juntos estaba prácticamente en marcha. A partir de los meses siguientes comenzamos el plan de promoción y estrategia de comunicación, dentro de la cual conseguimos algo con lo que ni Ramón ni yo contábamos, editar un disco suyo en un territorio diferente al España o Argentina.
BURUNDANGA TOUR
Cuando sonaron las campanadas de 2014 se me juntaron las uvas con las pocas horas que tenia para subir a un avión con Ramón. Ramita que también viajaba con nosotros tuvo su propia odisea la noche antes del viaje, pues su trabajo de Stage Mazinyer lo ofrecía a diferentes personalidades musicales españolas, esa noche tan pronto termino de trabajar en el bolo que tenia, tuvo que hacerse cerca de 600Km para llegar a Madrid y encontrarse con nosotros, desafiando, el frio, las heladas y el sueño, Ramita llego perfectamente al portal de Ramón tomamos dos taxis y finalmente estábamos en Barajas listos para esta experiencia única.
Además yo estrenaba pasaporte, ese mismo documento por el cual había sufrido y vivido toda clase de situaciones limite, sin documentos y con documentos, por fin iba a ser estrenado prácticamente 10 años después de mi llegada a la península pero en dirección contraria y acompañado de este héroe musical convertido en persona de carne y hueso, tan frágil que su salud nos dio varios sustos antes del viaje, incluso haciéndole cancelar varios shows meses antes y poniendo en riesgo este despliegue, aun así Ramón quiso seguir adelante y todo salió perfectamente, su salud física y mental estuvieron bastante debilitadas durante los días del viaje, pero por suerte ahora Ramón esta perfectamente y preparado para su próximo asalto.
Subimos al avión y durante el viaje hablamos de muchísimos temas pero el mejor momento fue cuando localizamos dentro de nuestra pantalla personal de entretenimiento el concierto entero de los Rolling Stones en Hide Park, estuvimos viendo, escuchando y comentando, lo que Ramón no sabia es que este mismo año en el Santiago Bernabéu iba a ser invitado de lujo por su compañero Leiva para entonar su Mucho Mejor abriendo el show de sus Satánicas majestades en Madrid, tras un coctelito de pastillas dormilonas llegamos al aeropuerto El Dorado a 2600 metros de altura, llegamos a un hotel bastante desierto teníamos la sensación que esa sexta planta era solo para nosotros, cuando subíamos en el ascensor Ramón nos miro a Ramita y a mi y nos puso nombre, mas adelante entre todos nos comenzamos a cambiar los nombres y ahora ninguno de nosotros tiene claro quien es Ramón o Ramita.
El domingo fue para recorrer las montañas capitalinas, sus plazas y buscar algunas prendas pendientes en tiendas antiguas, también para ver la cultura callejera, descubrir la súper producción carreras de una especie de ratones frente al Parque Santander o grupos vallenatos sonando a todo trapo.
Las siguientes horas fueron claves comenzaron a aparecer amigos y colegas que querían verme y por supuesto conocer a Ramón, dimos algunos paseos gastronómicos y en la festiva noche de reyes, Pachito director de la prestigiosa Esquire, nos invito a picar algo y luego a su casa donde saco sus mejores líquidos para homenajearlos, a cambio Ramón agarro una guitarra que estaba por ahí dando papaya y nos regalo media horita de canciones, en donde los 4 nos mirábamos y cantábamos con una felicidad única, como si lleváramos toda la vida esperando aquel momento.
A la mañana siguiente en el desayuno Ramón me pidió el favor de conseguirle un teclado para ensayar, mi amiga Camila muy amablemente se ofreció a llamar a su madre quien tenia un Korg que no dude en irme a buscar, cuando lo subí Ramón no dudo en volver a enchufarse y sorprendernos una vez mas con una dosis de varios temas con sus eléctricas hasta finalmente probar las teclas del teclado antes los ojos de una sorprendida Camila, quien además de no dar crédito a lo que estaba viendo y escuchando, estaba encantada pues llevaba años escuchando los discos de Ramón.
La jornada de promo trascurrió con mucha intensidad y sorpresa por parte de Ramón ya que le llamo muchísimo la atención el interés y expectación que había levantado entre los ciudadanos de la capital colombiana. Nuestras amigas de Warner se encargaron que no faltara nada y Mechas nos llevo hasta los estudios de Todelar en donde Alejo Marín y familia nos hicieron sentir como en casa, de ahí caminamos un poco por algunas calles y fuimos a cambiar algo de dinero, ya en el hotel varios medios especializados y televisiones copaban la recepción del un hotel que hasta ese momento parecía fantasma.
La primera toma de contacto con el auditorio del centro de Bogotá fue con una entrevista en directo para Radionica y descubrimos el sitio de empanadas argentinas en donde íbamos a terminar al after show la noche siguiente, cuyo propietario era un mago que no veía hacia muchísimo tiempo y que me había vendido hacia décadas mis primeros discos de Luis Alberto Spinetta, regresamos al hotel a dormir pronto ya que al día siguiente no solo había show sino que teníamos que cambiar de hotel a plena Candelaria.
A estas alturas ya todos habrán reconocido la verdadera identidad de Ramón, su nombre original es Ariel Rotemberg y lleva mas de 3 décadas haciendo música, no es por decir que sea viejo, pero cuando yo nacía en 1979 el ya estaba grabando discos, con tan solo 17 años ya estaba escribiendo paginas en la enciclopedia del Rock y gracias a el tengo la oportunidad de escribir a su lado otro capitulo mas dentro de esa historia de la música, la historia de la primera visita de Rot a Bogotá, y es que parecía increíble pero Ariel nunca había ni siquiera pisado suelo Colombiano, yo no podía creer que tuviera la suerte de ser el primero en poder acompañarlo, era como si uno de mis sueños mas grande de la vida se estuviera haciendo realidad con esta visita.
La prueba de sonido fue quizá la mas accidentada que haya visto en toda mi vida, no funcionaba nada, afortunadamente Ariel o Ramon, ya ni se como decirle, es un tío muy paciente pero el ambiente se estaba tornando bastante tenso, las 2 guitarras eléctricas no terminaban de sonar definidamente, el Fulltone no se activaba, la acústica tenia un problema de masa y para completar al teclado no le sonaba prácticamente ni una sola tecla bien por problemas con el sustain.
Tal cual lo relata Alejandro Convers en su crónica para la revista Diners:
UNA PRUEBA DE SONIDO INFERNAL
«Él mismo conecta sus pedales en el escenario, mira a un roadie y riéndose le dice “Oye, me podría dedicar a esto”. Entonces conecta la guitarra y uno de sus efectos principales el Fulltone Tube Tape Echo no funciona. Tras revisar cables y conexiones por unos diez minutos el efecto de la guitarra sigue sin funcionar así que Ariel, para no perder tiempo, decide probar el piano.
Se sienta frente al teclado y pide un sonido simple de piano. Empieza a tocar y el pedal de sostenido no funciona. Uno de los técnicos del escenario trata de arreglarlo pero no da resultado. Rot mantiene la calma. Mientras arreglan el pedal del piano decide probar la guitarra acústica.
Entonces, el preamplificador que ha traído para su acústica no funciona. Prueba una caja directa que trajo por si acaso y, aunque funciona, crea un ruido horrible. El ingeniero de sonido le pide que pruebe una caja directa de la organización del festival. La conectan y el ruido permanece.
La mitad del tiempo de la prueba de sonido transcurre y hasta el momento no funcionan ni la guitarra eléctrica, ni el piano, ni la guitarra acústica. Sorprendentemente Ariel mantiene la calma, les habla con tranquilidad a los técnicos.
Los técnicos arreglan el pedal del teclado. Entonces Ariel se sienta y toca “Cenizas en el Aire” y el ambiente cambia de repente. Aunque el sonido no es cómodo, aunque todavía faltan montones de problemas por solucionar, hay una magia en su forma de cantar, en el piano, en esa letra dulce y melancólica. “Estoy en el medio de la vía, en el medio de la vida si hay suerte tal vez.” Es una música que te hace recordar que todo va a cambiar.
Tras un cambio de voltaje el Fulltone empieza a funcionar, rápidamente prueba la guitarra y tras unas pequeñas correcciones se pasa a la acústica que sigue produciendo el mismo ruido de antes. “Es un ruido de tierra”, dice “Tendríamos que pegar un cable del Jack y pegármelo a mí, y yo soy la masa”. Nadie en el equipo técnico parece entender muy bien lo que pide. El tiempo termina porque otra banda tiene que probar sonido.
Ariel no está cómodo. No hubo tiempo de ajustar el sonido, sólo de solucionar problemas, y aún así, la guitarra acústica sigue produciendo un ruido horrible. Afortunadamente habrá una pequeña prueba de sonido justo antes del concierto.
LA ESPERA
Son casi las dos de la tarde. En el lobby del nuevo hotel Ariel revisa el cuarto que le han asignado y lo cambia con Fede porque le parece muy grande. Quiere un cuarto más pequeño y sobre todo menos frío. “Porque aquí es todo tropical menos el clima” dice, y se ríe. Antes de almorzar o hacer cualquier otra cosa, pide que vayan a una ferretería y consigan un cable para hacer el arreglo que ha sugerido para la acústica. Él mismo agarra el cable y con sus dientes y una navaja deja listo el cable.
La prueba de sonido lo ha puesto nervioso. “¿Sabes esa regla que dice que cuando hay una buena prueba de sonido el concierto es malo y cuando la prueba es mala el concierto es bueno? Bueno, pues según eso hoy voy a dar el concierto de mi vida.” Se ríe y continúa: “Pero esto es bueno para tu artículo, ¿no?” y se ríe de nuevo.
Almorzamos en un restaurante de carne. Pide un bife de chorizo y una botella de vino. Comenta lo caros que le parecen los vinos en Colombia y, por supuesto, no se equivoca. La carne no le gusta, le parece dura, pero se la come igual y parece disfrutar el almuerzo, la tranquilidad, hablar un poco de otra cosa. Al regreso al hotel decide acostarse por un rato.
Un par de horas más tarde nos llaman del cuarto de Fede. Llegamos y Ariel está parado con su Guitarra Gretsch colgada. Ensaya en varias ocasiones un solo difícil. Toca “Baile de Ilusiones” y todos en el cuarto (Fede, Jaime, la cantante Sol Okarina y yo) quedamos hipnotizados. En silencio movemos nuestras cabezas al ritmo de la música. Jaime habla de “Vicios Caros” una de sus canciones preferidas y entonces Ariel la toca hasta que la letra termina, porque de ahí en adelante es una de esas canciones de tocar con banda. Igual suena perfecto.
La música que Rot se carga por dentro es gigante. Más grande que él, más grande que un mal sonido, más grande que la ansiedad. Se descuelga la guitarra y dice “Esa tocadita me hizo bien”. Se va a alistar su ropa para el concierto. La tarde va cayendo y a las 8 de la noche, una hora antes del show, será la prueba de sonido. Él prefiere esperar en el lugar del festival así que salimos del hotel un poco más temprano.
Pero no llegamos un poco más temprano, llegamos muy temprano porque el festival va con una hora de retraso. Esperamos un rato en la oficina de la dirección del festival hasta que el camerino está listo y al cabo de media hora vamos al camerino que nos recibe con una enorme nube de humo.
La banda mexicana Porter que toca antes que Ariel ha pedido iniciar su show en medio de un escenario cubierto de humo. Desafortunadamente el humo del escenario entra al camerino y lo convierte en un bosque de niebla. A los pocos minutos llega el catering: cuatro bolsas de papel con un sánduche adentro y cuatro botellas de agua. Ariel mira sorprendido y dice “¿Eso es el catering?” Entonces mira a Fede y le dice “Ponélo lindo Fede, Gastá gita.” Fede sale y tras media hora regresa al camerino y organiza una pequeña bandeja con Empanadas argentinas y varias gaseosas. Pone una botella de vino dentro de hielo en el lavamanos, saca el vaso que ha traído del hotel y le sirve un vino a Ariel.”
SOLO ROT
Una vez termina el show de Porter, Ramón pide el favor de aplazar un poco el inicio del show para volver a probar, en esta oportunidad todo esta en su sitio y funciona bastante bien, toca un par de temas y regresa al camerino, nos servimos una copa de vino brindamos y con un auditorio completamente vendido comienza el primer show de Solo Rot en varios años, si bien Ramón tenia este formato bastante rodado hace algún tiempo que no salía a defenderse solo en un escenario y al ser en un territorio nuevo y con casa llena se le notan sus nervios, una vez mas demostrándome que los superhéroes también sienten.
El show comienza con una improvisación en su Gretch para calentar y arrancar los primeros aplausos de un publico frenético y entregado que no dudaba en agradecer con gritos a cada uno de sus guiños, suenan una detrás de otra: Debajo del Puente, Lo Siento Frank, Baile de Ilusiones en una nueva versión lenta que había preparado para este show especialmente, Felicidad, Sin Saber que Decir, original de su primera colaboración con Andrés Calamaro a mediados de los ochenta y muy aclamada por la gente, posteriormente se toma tiempo para hablar, agradecer y contar la historia de La Huesuda hasta llegar a la emotiva Los Tipos Duros No Bailan.
El piano se convierte en protagonista y de sus teclas aparece la melodía de Para Escribir Otro Final, seguida por el toque mas cabaretero de Dos de Corazones, la intensidad de Emociones Escondidas y la sorpresiva versión de La Mirada del Adiós, tema que formo parte del primer repertorio de Los Rodríguez. El show siguió con un paseo por la Casa con 3 Balcones, sitio al que meses después el mismo me mostro coordenadas y ubicación exacta en el corazón de Malasaña, siguió la dinamita hecha historia de fanática frenética en Pólvora Mojada para cerrar con algunas versiones en guitarra acústica de una forma muy rápida ya que el tiempo se agotaba y la despedida comenzaba homenajeado a Julián Infante con el Mundo de Ayer, Me Estas Atrapando Otra Vez y Mucho Mejor.
Contra todo pronostico, incluso saltándose la orden del director del Festival decidió dejar dos joyas mas a los Bogotanos como si esa noche la hubiese estado necesitando desde siempre y se despidió definitivamente con Cenizas en el Aire y la mágica Milonga del Marinero y el Capitán.
Setlist con algunos cambios posteriores durante el show del puño y letra de Ramón:
La noche fue perfecta y el festejo por todo lo alto, tras un pequeño descanso decidimos cambiar de sitio y dos puertas al lado de la Fundacion Gilberto Alzate nos esperaban varios amigos con diferentes cosas para tomar, allí con La Mona, Camila, Carlos, Sol, Majo y Mi Pez entre otros disfrutamos de variedad de elogios, chistes y buena onda e incluso de historias del mainstream vallenato ya que Diomedes Diaz había fallecido hacia pocos días, la fría noche capitalina iba terminando, los invitados se habían ido y Ramón, Ramita y yo terminamos en mi habitación todavía flotando en la burbuja que nos había dejado esa experiencia, supongo que para Ramón es normal terminar un show, para Ramita quizá también pero para mi era algo único poder estar ahí sentado con ellos en esa mesa despidiendo aquella gran noche.
Los días siguientes nos dejamos llevar por detalles gastronómicos, como la visita a Suburbio un restaurante orgánico de altísima calidad propiedad de mi primo Camilo Zarate, alguna nota pendiente de prensa y compras para nuestras familias, ya en el aeropuerto me volví a poner mi overol de Latin-Roll y le hice una corta pero sustanciosa entrevista en donde cerrábamos el viaje y sacábamos conclusiones. Semanas mas tarde cuando Ramón iba a registrar unas obras nuevas me pregunto sobre eso que tantas veces le habían repetido en Colombia, le dije si acaso fuera la Burundanga que tanto mal ha hecho a nuestra sociedad y que tantas risas nos produjo, pero era realmente la expresión “Mamando Gallo” la que quería utilizar como titulo de una canción que publico en un programa de televisión y que compuso durante las semanas posteriores al viaje.
Meses mas tarde me invito a la irracionable de los 20 años de MClan con Tarque, Ruiperez y famila, en medio del festejo tuvo la oportunidad de compartir y conocer a: Miguel Rios, quien también cumplía años, Alejo Stivel, Enrique “El Drogas”, Fito Cabrales, Enrique Bunbury y hasta los Guasones argentinos. Días después surgió la posibilidad de una invitación a Medellín, esta vez sin poderlo acompañarlo personalmente, volví a afilarme las uñas para que pudiera regresar esta vez a otra ciudad y con su banda, el día que cerramos la negociación era 04 de septiembre y yo estaba muy triste por que me acababa de enterar de la muerte de Gustavo Cerati, pero contento por que este segundo viaje nos iba a permitir darle continuidad a esta historia que seguimos escribiendo, en Medellín se que todo salió muy bien incluso hasta exploraciones sonoras nuevas encontró en la champeta de Charles King.
Algún tiempo después volvimos a ver a Ramón, otra vez en formato Solo Rot en la Sala Clamores de Madrid mucho mas rodado y en un estado de forma maravilloso incluso agregando temas a la lista, como evitar las Geishas en Madrid, la Sabinera Viridiana o Colgado de la Luna, antes de terminar el año dimos un paseo dominguero y me mostró algunas ideas grabadas en sus notas de voz, la cosa pinta muy bien, aunque mientras entra a grabar tendremos mucho trabajo por delante, incluso ahora estamos terminando un proyecto para mantenerse vigente durante este año que recién estrenamos.
En 2016 esas ideas se transformaron en La Manada y en ese mismo año cuando Latin-Roll cumplía sus 10 años tuvimos la idea de escribir una canción y que fuese Ramón el guitarrista y vocalista principal, en un gesto absoluto de generosidad nos acompaño en esta aventura sonora llamada Lenguas Amplificadas:
Ahora es tiempo de mirar hacia adelante y preparar las fichas del puzle para hacerlas encajar una vez mas, hemos tardado pero esta historia la seguimos escribiendo.
¡Gracias Ramón por enseñarme que Nunca es Tarde para el RocanRoll!